LAURA MONTES
Seguramente este título os parecerá ridículamente obvio, pero es posible que nunca os hayáis parado a pensar el sentido figurado de esta pregunta. La formularé de otra manera: ¿Qué harías con una casa que no tuviera tejado?
Muchos pueden pensar en construir uno con sus propias artimaña, o contratar a alguien para que lo haga, pero no es eso lo que pregunto, sino que imaginéis cómo sería el mundo con las casas descubiertas. Sería un poco caótico, tal vez, pues siempre estaríamos inundados por la lluvia, los pájaros, el frío…
Ahora me gustaría que pensarais que la casa somos todos nosotros, y que el tejado está construido, maravillosamente, por todas las películas, libros, series de televisión etc. que hayáis visto a lo largo de toda vuestra vida. ¿Qué haríamos sin ellas? Todo sería caótico, no podríamos imaginar ni sentir nada, ni nada nos inspiraría. El mundo sería aburrido y entonces no nos importaría que lloviese sobre nuestras casas sin tejado, porque nunca podríamos imaginar lo que pasaría después.
Y así es como la respuesta sale sola, sin apenas pensarlo, porque nada sería lo mismo. Podríamos permanecer vivos, sí, con los cimientos de la casa levantados; con nuestra salud en perfecto estado, pero, ¿qué sería de nosotros? Es exactamente lo que nos diferencia de las demás especies de este planeta.
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