MERCEDES NUÑEZ,
ESTEFANIA NUÑEZ Y CRISTINA RUIZ
En España, el aborto
inducido -denominado más recientemente interrupción voluntaria del embarazo- ha
sido una práctica totalmente prohibida, ilegal y penalizada. La prohibición y
penalización del aborto inducido no impedía que se siguieran realizando alrededor
de 100.000 abortos al año. Desde este punto de vista, la penalización no
resolvería el problema, ya que la clandestinidad contribuiría decisivamente en
la muerte de mujeres a las que se practica el aborto en condiciones de
ilegalidad e inseguridad jurídica y sanitaria —en el año 1976, según datos del
Tribunal Supremo, entre 200 y 400 mujeres murieron por abortos clandestinos.
En el año 2009 el
número de abortos fue de 112.000, unos 4000 menos que el año anterior
(115.812); es la primera que desciende desde 1997. Según Trinidad Jiménez,
entonces Ministra de Sanidad y Política Social de España, el descenso se debió
a la venta sin receta médica en las farmacias de la llamada píldora del día
después, que fue liberalizada a finales de septiembre de 2009.
OPINIÓN PERSONAL
Está comprobado y dicho que las mujeres no
pueden tener más de un aborto en su vida, ya que al tener el primer aborto
corren el riesgo de no poder volver a quedarse embarazadas. No estamos de
acuerdo en que esto se practique a menos que sea algo que deba realizarse como
último recurso, como el caso de la violación.
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